14 de mayo de 2009

Comunicaciones

Hoy día a nadie se lo ocurre por que lo necesita de un teléfono, tan arraigadas en la cultura que están las comunicaciones. Tanto es así que un teléfono pasó a ser un ítem de estatus. Uno adhiere a un servicio de telecomunicación para pertenecer a un cierto grupo social o para distinguirse de el.
Es común olvidarse de las capacidades primordiales del "aparato para transmitir voz y otros sonidos telegráficamente":
  • acortar distancias y
  • ubicar personas.
Increíble como la industria de las comunicaciones fue capaz de llamar la atención de sus clientes y hacerlos pagar más por recursos que en verdad no son fundamentales para él. Resulta que ahora el cliente incorporó otra necesidad:
  • reducir sus costos con comunicaciones.

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